Vista En: Cuatro, domingo 25 de junio de 2017.
Título Original: Mind Blown.
Director: Christian Sesma.
Guión: Thunder Levin y Christian Sesma. Género: Ciencia Ficción.
Música: Zoo Creatives. Fotografía: Anthony J. Rickert-Epstein.
Decorados: [Desconocido]. Vestuario: Nasstasia Bauta.
Productoras: Cinetel Films, Ton of Hats y Zoo Creatives.
Presupuesto: [Desconocido].
País: USA. Año: 2015. Duración: 88 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Jessica Uberuaga
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Jennifer Gaines
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Michael Marinaccio
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Adam
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Jon Mack
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Gertie McAffie
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Luke Goss
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General White
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Vince DeCosta
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Ruben Sanchez
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Albert Kong
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Rick Lee
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Steve Hanks
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Coronel Tyron Clayton
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Saxon Jones
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Clive Jones
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Sarah Booth
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Jamie
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Sarah Carson
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Sra. Soren
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Mary Christina Brown
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Soldado Fasma
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Alejandra Ulloa
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Técnico de Satélites
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Jennifer Gaines forma parte de un proyecto
del gobierno sobre los poderes psíquicos. Cuando por error un pueblo del
desierto de Mojave es destruido ella huye de la base para dar con Adam, un
vecino de allí que ahora ha desarrollado poderes. Cuando el desastre se repite
en Los Ángeles, Gaines sospecha que el causante es en verdad su jefe, el
coronel Clayton.
Crítica: Tomando como punto de partida el proyecto de
Testigos Lejanos que la CIA desarrolló en los años 70, y desde ahí proyectando
unas dosis de locura y cachondeo que no se las puede aguantar, el director de
algunas pelis como Matad al Héroe [2011] y Tiempo Pedido [2014] se lo pasa en
grande junto a su reparto, todos metidos en una historia en la que el guión
hasta se permite el lujo de hacer guiños a títulos lejanos en el tiempo (los
poderes de Gaines y el que estando junto a Adam estos se potencien: exactamente
lo mismo que le pasaba a Nicolas Cage con Jessica Biel en Next [Lee Tamahori,
2007]; la pose de Albert Kong como Lee, un sucedáneo en pobre de aquel Aaron
Stanford de X-Men 2 [Bryan Singer, 2003]: un hombre con un desmesurado ego y
del todo obsesionado con su poder sobre el fuego; las destrucciones en masa
tanto de pueblos como de grandes ciudades como Los Ángeles: antítesis de las
vistas en superproducciones como 2012 [Roland Emmerich, 2009], perfectas como
involuntarias comedias). Imposible de creer en algunos de los detalles de su
guión y con una facturación nimia e intrascendente, El Proyecto Supermente
arroja por la boda cualquier atisbo de rigor científico para servir en bandeja
de estaño y cobre una infraproducción a la que le falta crédito y talento para
tener algún punto a su favor (Luke Goss, ¿un general con edad suficiente para
ser hijo del coronel que ni jamás lleva uniforme?; la pose de Steve Hanks: la
paranoia militar llevada a su máxima expresión, cuyo desvelo sobre si es o no
el culpable es un pozo sin fondo por falta de motivaciones; el clímax final,
con los poderes tomando el control de la historia: a grandes rasgos, un modo de
emular las peleas de los cómics que va de perlas como masturbación de las
neuronas en lo estrambótico que resulta). Perfecto telefime de sobremesa de fin
de semana, rodado para gozar a lo loco con poderes y destrucciones.
La Puntilla: Los primos bastardos de X-Men al servicio de
un Coronel Stryker con un mal día. Ni en el baño me hago pajas mentales tan
locas.
Mi
Valoración
★★★★★
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