Vista En: TCM, martes 21 de noviembre de 2017.
Título Original: Cold Mountain.
Director: Anthony Minghella.
Guión: Anthony Minghella, basado en la novela
homónima de Charles Frazier, publicada en 1997. Género: Drama.
Música: Gabriel Yared. Fotografía: John Seale.
Decorados: Francesca Lo Schiavo. Vestuario: Carlo Poggioli y Ann Roth.
Productoras: Miramax, Mirage Enterprises, Bona Fide
Productions, Castel Film Romania y Cattleya. Presupuesto: ±79.000.000 $.
Países: USA, Reino Unido, Italia y Rumanía. Año: 2003. Duración: 154 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Nicole Kidman
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Ada Monroe
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Jude Law
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W.P. Inman
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Renée Zellweger
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Ruby Thewes
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Brendan Gleeson
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Stobrod Thewes
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Philip Seymour Hoffman
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Reverendo Veasey
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Natalie Portman
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Sara
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Giovanni Ribisi
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Junior
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Donald Sutherland
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Reverendo Monroe
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Ray Winstone
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Teague
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Kathy Baker
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Sally Swanger
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James Gammon
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Esco Swanger
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Jack White
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Georgia
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: En 1864, W.P. Inman es un soldado que, herido
por error en un fuego amigo, deserta del ejército con el propósito de volver a
Cold Mountain y reencontrarse con su amor, Ada Monroe. Al mismo tiempo, Ada se
enfrenta a la pobreza tras la muerte de su padre, forzada a convertirse en
granjera sin otra ayuda para subsistir que una vecina del pueblo, Ruby Thewes.
Crítica: El ponderado realizador de El Paciente Inglés
[1996] y El Talento de Mr. Ripley [1999] retoma la épica del film de 1996 para
realizar una más que extraordinaria adaptación de la novela de Frezier
sustentada por un reparto de primerísima línea incluso en sus más secundarios
papeles, y por una puesta en escena que recrea con todo lujo de detalle
mediados del siglo XIX en la era de Abraham Lincoln, tomando dos historias
paralelas a las que no les falta crudeza y emotividad (Inman, pasándose casi
toda el rato en un viaje lleno de peligros: sus encuentros con el Reverendo
Veasey o una solitaria Sara dejan la inconfundible huella de un Hoffman y una Portman
de lujo; Teague y el resto de la milicia que comanda, demostrando que el
enemigo no siempre está en el campo de batalla: Ruby Thewes, una mujer de campo
dura como el acero y con una lengua más afilada que una espada: Zellweger
demuestra ser mucho más que la pizpireta Bridget Jones). Gracias a Gabriel
Yared y a su partitura como también a la invernal y apagada fotografía de
Seale, Cold Mountain es una increíble crónica de esperanza frente a la negrura
del alma humana, con pasajes truculentos que ponen los pelos como escarpias y
otros mucho más distendidos (el primer encuentro de Ruby y Ada, con la
determinación de una frente a la pasividad de la otra: hilarante; la reacción
de los hombres de Cold Mountain al saber del estallido de la guerra, una euforia
idealista que pronto da paso a algo peor; Ruby y Ada, hallando a un intruso en
su propiedad, otro punto cómico para lucimiento de un Gleeson fantástico como
de costumbre). Fascinante en secuencias como la de Ada y el pozo y casi
llegando a un cierto tono de documental (el retrato de Cold Mountain, una
comunidad próspera arruinada por la guerra), Minghella da lo mismo de si mismo
en una historia de amor y supervivencia en tiempos de crisis. Un puntazo
absoluto.
La Puntilla: En tiempos de oscurantismo, el simple hecho
de no rendirse es en si mismo un acto luminoso que disipa las tinieblas.
Mi
Valoración
★★★★★
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