Vista En: Cines Ocimax (Gijón), sábado 15 de noviembre
de 2011.
Título Original: Shark Night 3D.
Director: David R. Ellis.
Guión: Will Hayes y Jesse Studenberg. Género: Terror.
Música: Graeme Revell. Fotografía: Gary Capo.
Decorados: Tricia Schneider. Vestuario: Magali Guidasci.
Productoras: Incentive Filmed Entertainment, Next Films,
Sierra/Affinity y Silverwood Films. Presupuesto: ±25.000.000 $.
País: USA. Año: 2011. Duración: 90 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Sara Paxton
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Sara
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Dustin Milligan
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Nick
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Katharine McPhee
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Beth
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Joel David Moore
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Gordon
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Donal Logue
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Sabin
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Sinqua Walls
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Malik
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Alyssa Diaz
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Maya
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Chris Carmack
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Dennis
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Joshua Leonard
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Red
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Chris Zylka
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Blake
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Jimmy Lee Jr.
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Carl
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Damon Lipari
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Keith
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Sara, Nick, Beth, Malik, Maya, Blake y Gordon
son unos amigos y compañeros de la Universidad de Tulane que viajan hasta el
pueblo natal de Sara, en el Golfo de Louisiana, para divertirse juntos el fin
de semana en un lago privado. Pero el viaje se convierte en una pesadilla
cuando la pandilla es atacada por una serie de tiburones de río que han soltado
en el lago.
Crítica: Autor de la segunda y cuarta parte de Destino
Final en 2003 y 2009, y también perpetrador de la loquísima Serpientes en el
Avión [2006], David R. Ellis se mete de lleno en la diversión más descerebrada
y sin complejos con lo que no es si no una revisión, muy libre con aire a
refrito de la original Tiburón [Steven Spielberg, 1975], tomando todos y cada
uno de los topicazos que van asociados para ir por la ruta de predictibilidad y
el despiporre (el reparto, un grupo de caras bonitas perfecto y diseñado para
sucumbir uno a uno ante una furia de la naturaleza: Paxton y Milligan se llevan
la palma en materia de no saber actuar; el descubrimiento del cómo y porqué
alguien ha llevado al lago tiburones, tan evidente que solo falta una fecha
gigante de neón en el cielo a fin de señalarle: ¿tan difícil era disimular un
poco?; Donal Logue, otro al que la película y su tufillo a masacre para
adolescentes impiden darle crédito y credibilidad a su personaje). Añadiendo
una curiosa sorpresa justo después de los créditos finales y muy justita en una
duración que tampoco da para más, Tiburón: La Presa 3D pasa de seriedades
narrativas y se erige en una tropelía de tomo y lomo sin sentido ni objetivo,
incapaz de dar miedo pero genial si se la toma como “comedia roja” (el
videoclip “Shark Bite”, hecho y cantado por los mismos actores: cuatro minutos
que superan con creces a la hora y media previa; el reencuentro de la ex pareja
que un día formaron Sara y Dennis, con un Chris Carmack apestando a
resentimiento; los tiburones, demostrando que aparte de devorar en el agua,
saltan de fábula sobre ella: sin palabras). Una película perfecta si la idea es
desconectar el cerebro y el sentido común, que no oculta sus expectativas:
seguir la estela de las películas slasher del estilo Pesadilla en Elm Street
[Wes Craven, 1984] y ofrecer muertes a mansalva con la mayor tomatina posible.
Ahí es donde reside la mejor de sus bazas.
La Puntilla: ¿Tiburones de agua dulce soltados en un lago
para comerse a los turistas?. Increíble ver que diarreas mentales se monta la
peña.
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