Vista En: Cines Odeón (Corvera), sábado 10 de junio de
2017.
Título Original: The Mummy.
Director: Alex Kurtzman.
Guión: David Koepp, Christopher McQuarrie y Dylan
Kussman, basado en una historia original de Jon Spaihts, Jenny Lumet y Alex
Kurtzman. Género: Fantástico.
Música: Brian Tyler. Fotografía: Ben Seresin.
Decorados: Jille Azis, Daniel Birt y Liz Griffiths. Vestuario: Balbina Garcia y Edwina James.
Productoras: Universal Pictures, Perfect World Pictures,
Secret Hideout y Sean Daniel Company. Presupuesto: ±125.000.000 $.
País: USA. Año: 2017. Duración: 110 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Tom Cruise
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Nick Morton
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Russell Crowe
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Dr. Henry Jekyll
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Annabelle Wallis
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Jennifer ‘Jenny’ Halsey
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Sofia Boutella
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Princesa Ahmanet
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Jake Johnson
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Chris Vail
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Courtney B. Vance
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Coronel Greenway
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Marwan Kenzari
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Malik
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Simon Atherton
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Cruzado
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Selva Rasalingam
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Rey Menehptre
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Shanina Sheik
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Princesa Árabe
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Javier Botet
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Set
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Neil Maskell
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Dr. Whemple
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Nick Morton es un soldado y mercenario que
por azar encuentra una tumba egipcia en Irak. Junto con la arqueóloga Jenny
Halsey se llevan el sarcófago de la tumba a un museo, pero el avión que les
lleva se estrella en Inglaterra. Sobreviviendo sin un rasguño, Nick descubre
que ha sido elegido por la momia para ser su elegido y ser la reencarnación del
dios Set.
Crítica: Disparate de tomo y lomo que supedita una
historia que en principio parecía interesante para ser un mero vehículo de
lucimiento para Tom Cruise y su pelo perfecto, repitiendo además todos y cada
uno de sus tics para dar vida a un personaje que es un clon del Bill Cage que
interpretó en Al Filo del Mañana [Doug Luman, 2014], acumulando un montón de
efectos especiales a más no poder y sacando a un Russell Crowe al que se le
escapa la risa de vez en cuando (el encuentro entre Morton y Jekyll en
Prodigium, que no es si no un torpe intento de dejar pistas para ampliar el
Dark Universe que nace con esta película, y por donde Hyde asoma su vena más
macarra; el accidente de avión que evoca, a su manera, al prólogo de Misión:
Imposible 5 [Christopher McQuarrie, 2015]: ¿en serio no se les ocurrió nada
mejor?; el nada disimulado a La Momia [Stephen Sommers, 1999], en la forma de
Ahmenet de recuperar su antigua forma física; Annabelle Wallis, sosa sin más,
el talón de Aquiles de la película con diferencia). Sombría, lóbrega, sin el
menor atisbo de humor y copiando de forma aberrante una de las mejores bazas de
Un Hombre Lobo Americano en Londres [John Landis, 1981], La Momia versión 2017
es de todo menos un trabajo brillante y bien acabado, cuyo epílogo es por
supuesto una puerta abierta a posibles secuelas en caso de necesidad (las
apariciones de un cadavérico Vail, infinitamente más insípidas que las cómicas
de Griffin Dunne del film de Landis; Londres, sin más: ¿cuándo se enterarán en
Hollywood que la ciudad pertenece a James Bond, y que ambientar una
superproducción allí carece del impacto de Nueva York o Tokyo?; Boutella,
haciendo lo que puede con un personaje que le viene grande: sus escenitas
desérticas con Cruise no son precisamente el culmen de la trama). Una buena
para nada, sin guión ni atractivo, símbolo del Hollywood más adrenalítico y
estereotipado.
La Puntilla: ¿Alguien podría decirle a Tom Cruise que
echamos de menos de cuando hacía dramones y le queríamos por ello?.
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