Vista En: Antena 3, miércoles 12 de junio de 2002.
Título Original: Moving Violations.
Director: Neal Israel.
Guión: Neal Israel y Pat Proft, basado en una
historia original de Sharon y Paul Boorstin. Género: Comedia.
Música: Ralph Burns. Fotografía: Robert Elswit.
Decorados: Jerie Kelter y Robert Lucas. Vestuario: Darryl Levine.
Productoras: Twentieth Century Fox Film Corporation y SLM
Production Group. Presupuesto: [Desconocido].
País: USA. Año: 1985. Duración: 90 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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James Keach
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Ayudante Henry ‘Hank’ Halik
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Lisa Hart Carroll
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Ayudante Virginia Morris
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John Murray
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Dana Cannon
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Jennifer Tilly
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Amy Hopkins
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Brian Backer
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Scott Greeber
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Ned Eisenberg
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Wink Barnes
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Wendie Jo Sperber
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Joan Pudillo
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Nedra Volz
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Sra. Loretta Houk
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Fred Willard
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Terrence ‘Doc’ Williams
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Nadine Van der Velde
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Stephanie McCarty
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Sally Kellerman
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Juez Nedra Henderson
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Robert Conrad
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Jefe Rowe
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Un grupo de conductores que han perdido el
carnet coinciden en una academia para recuperarlo. Pero los instructores,
compinchados con una juez corrupta, intentan boicotear cualquier intento de que
los alumnos recuperen su licencia de conducir. Uno de ellos, sospechando algo,
se lo dice a los demás para dar con el modo de sacar a la luz sus chanchullos.
Crítica: Comedieta de tres al cuarto cuyo título copia
de forma descarada y sin relación alguna a Loca Academia de Policía [Hugh
Wilson, 1984], pasando del original “Violaciones de tráfico” (que también se
las trae) y sirviendo en bandeja algunos sketches y situaciones en donde el
absurdo y el sinsentido se dan la mano desde la primera secuencia hasta la
última, trazando una gruesa línea entre buenos y malos (Halik y Morris, el
primero un cretino arrogante de tres al cuarto obsesionado con ascender al que
Cannon le complica la vida de mil y una formas, y la segunda una réplica en
femenino de Harry el Sucio que suelta unas perlas de sabiduría de padre y señor
mío sin inmutarse, pero que desmontan de la risa; John Murray, intentando
demostrar su hermano Bill no es el único talentoso de la familia: la pose de
graciosete/buscaproblemas de Cannon solo es un pálido reflejo de Steve
Guttenberg en la peli de Wilson; la charla entre Pudillo y Doc Williams, llena
de equívocos sin que ninguno de los dos lo sepa: no más tremendo que la
posterior visita de ella al trabajo de él). Teniendo como es de recibo alguna
que otra canción rockera/popera para su banda sonora y un vestuario un tanto
sangrante para los ojos, Loca Academia de Conductores solo es un refrito pasado
por la picadora de carne y vuelto a montar después, que apenas se sostiene más
que por la serie de sketches que sirve para agradar al respetable de la manera
más políticamente incorrecta posible (Halik, intentando humillar a Cannon
echando un pulso, sin saber la que le espera; la Sra. Houk, una amable
ancianita pero con menos visión que Rompetechos; un policía motorizado,
pidiendo refuerzos para pillar a un tipo al que persigue). Trabajo que se va a
la sobriedad cinematográfica limitando en la medianía, salvable por su
consciente ausencia de tomarse en serio para algo de cachondeo. Y lo de los
bolos y la visita a la NASA...sin palabras.
La Puntilla: “Oye, si nos salió bien con aspirantes a
policía, ¿por qué no con conductores?. Estamos en los 80: a lo mejor hasta
funciona y todo”.
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