Vista En: Cines Almirante (Avilés), lunes 1 de abril de
2002.
Título Original: Training Day.
Director: Antoine Fuqua.
Guión: David Ayer. Género: Intriga.
Música: Mark Mancina. Fotografía: Mauro Fiore.
Decorados: Jan Pascale. Vestuario: Michele Michel.
Productoras: Warner Bros., Village Roadshow Pictures, NPV
Entertainment, Outlaw Productions y WV Films II. Presupuesto: ±45.000.000 $.
Países: USA y Australia. Año: 2001. Duración: 122 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Denzel Washington
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Alonzo Harris
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Ethan Hawke
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Jake Hoyt
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Scott Glenn
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Roger
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Tom Berenguer
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Stan Gursky
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Harris Yulin
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Doug Rosselli
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Raymond J. Barry
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Lou Jacobs
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Cliff Curtis
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Smiley
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Dr. Dre
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Paul
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Snoop Dogg
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Blue
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Peter Greene
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Jeff
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Charlotte Ayanna
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Lisa
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Eva Mendes
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Sara
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Jake Hoyt es un joven agente de la policía de
Los Angeles que debe pasar un día de patrulla con el veterano y condecorado
Alonzo Harris, a fin de que este le promocione y le meta en la sección de
narcóticos, que él mismo dirige. Pero según va transcurriendo el día, Hoyt
descubre la cara más amarga del trabajo policial al encontrarse de pronto en
una encerrona.
Crítica: Atmosférico y absorbente thriller policial para
la gloria y loor de un Denzel Washington en estado de gracia interpretativa que
eclipsa a todos y a todo a su alrededor, acompañado por un correctísimo Ethan
Hawke y con la megaciudad de Los Ángeles como telón de fondo, invirtiendo la
temática de los buddy movies o películas de compañeros para jugar al contraste
en todo momento, haciendo de ambos actores una auténtica fuerza magnética
(Hoyt, un policía novato e idealista, cuya moralidad choca de frente contra el
más curtido en las calles y endurecido Harris: su encuentro en una cafetería,
con el segundo ignorando al primero, ya marca diferencias entre ambos policías;
Hoyt, acudiendo a salvar a una chica de ser agredida sexualmente mientras
Harris se dedica a observarle sin intervenir: un extraño pasotismo que queda
bien reflejado en la cara de su compañero; las visitas a un compañero policía,
encarnado por ese monstruo robaescenas que es Scott Glenn: si la primera es
simpática, la segunda lo es muchísimo menos). Con secundarios breves como un
fondón Tom Berenger o un risueño Nick Chindlund, la tercera película de Antoine
Fuqua después de Asesinos de Reemplazo [1998] y Bait [2000] es un viaje a los
infiernos de la delincuencia donde nada es lo que parece, y donde las
coincidencias y los actos más pequeños pueden cambiar el destino de una persona
(Harris, en plena calle, plantándole cara a su barrio, explicándoles quien
manda y porqué: uno de esos discursos para el recuerdo; Hoyt, a punto de verse
con una bala en la cabeza, descubriendo que quizá tenga una opción de salvar el
pellejo; Cliff Curtis, haciendo de Smiley el perfecto pandillero de barrio al
que aún le quedan sesgos de humanidad). Un largometraje tenso y turbio,
coronado con un final de lo más simple pero que deja una inquietante sensación
en el estómago. En síntesis, una película grandiosa al 100%.
La Puntilla: Lo malo de los novatos es no saber hasta qué
punto sus propios compañeros pueden ser peor que los propios delincuentes.
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