“Criticaen25” es un punto de encuentro para todos los cinefilios, habitantes del séptimo planeta del sistema solar de las artes. Una propuesta amena y divertida a la par que abierta al debate y a la reflexión en la que, tan diariamente como sea posible, se irán comentando películas de todos los tiempos, con independencia de su género o fama. Un lugar en donde relajarse y disfrutar de un rato agradable en buena compañía.

Stigmata [1999]

 Publicado El: Miércoles, 22-Mar-2017. Nº De Serie: C25/TCM/0001710.
 Vista En: Cines Marta & María (Avilés), lunes 21 de febrero de 2000.
 Título Original: Stigmata.
 Director: Rupert Wainwright.
 Guión: Tom Lazarus y Rick Ramage, basado en una historia original de Tom Lazarus. Género: Terror.
 Música: Elia Cmiral y Billy Corgan. Fotografía: Jeffrey L. Kimball.
 Decorados: Florence Fellman y Marco Niro. Vestuario: Louise Frogley.
 Productoras: Metro-Goldwyn-Mayer y FGM Entertainment.
 Presupuesto: ±29.000.000 $.
 País: USA. Año: 1999. Duración: 103 minutos. Color.

Reparto:
Personajes:
Patricia Arquette
Frankie Paige
Gabriel Byrne
Padre Andrew Kiernan
Jonathan Pryce
Cardenal Daniel Houseman
Nia Long
Donna Chadway
Thomas Kopache
Padre Durning
Rade Sherbedgia
Marion Petrocelli
Enrico Colantoni
Padre Dario
Dick Latessa
Padre Gianni Delmonico
Portia de Rossi
Jennifer Kelliho
Patrick Muldoon
Steven
Ann Cusack
Dr. Reston
Shaun Toub
Doctor

 (Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)

 Argumento: Frankie Paige es una joven peluquera que recibe de su madre un crucifijo de regalo, de un viaje que hizo por Brasil. A partir de entonces, ella se ve sacudida por terribles visiones y estigmas como los de Cristo. El padre Andrew Kiernan, un experto del Vaticano en desmontar falsos milagros, viaja a Nueva York para conocer a Frankie y descubrir qué está pasando.

 Crítica: Tercera película para cine de Rupert Wainwright después de Cheque en Blanco [1994] y La Tristeza del Sexo [1998], que tomando a una Patricia Arquette de 31 años fingiendo que tiene 23 y a un siempre eficiente Gabriel Byrne acomete un trabajo que busca abarcar demasiado pero que se queda a mitad de camino de sus intenciones, en tanto lo complejo de su entramado le viene un poco grande aunque salva los muebles gracias a la determinación de sus actores (el cardenal Houseman, un impecable Jonathan Pryce al que solo de verle ya hace sospechar lo poco honesto de sus intenciones; Kiernan, un investigador del vaticano desencantado de la vida que de pronto se encuentra con algo verdaderamente sobrenatural; Frankie Paige, una joven alocada en mitad de una conspiración que podría cambiarlo todo: los instantes en que los estigmas aparecen en su cuerpo hacen sufrir al más impasible por su fuerza y brutalidad). Sucedáneo de El Exorcista [William Friedkin, 1973] cuya sombra planea demasiado muy alargada sobre la película, el largometraje navega por aguas procelosas con suerte desigual, a veces decente en la banda sonora y la ambientación pero falto de solidez en otras (la cara de Kiernan, mirando a Frankie escribir un enorme mensaje en la pared de su habitación; el primer encuentro entre ambos en una cafetería, en el que éste hace las veces como introductor al tema para el espectador profano; el posterior encuentro de Kiernan con otro sacerdote, donde la Iglesia y su significado se quedan muy en entredicho: interesante como mínimo). Compensando sus defectos con sus virtudes, Stigmata es un ejercicio de intriga religiosa con sobrenatural, cuyo final deja una cierta puerta abierta a la duda y el debate, y cuyo conjunto es el de una película modesta y decente que, sin llegar al máximo del potencial exhibido, tampoco es un dislate absoluto. Meramente entretenida.

 La Puntilla: Nada más privilegiado que ponerse entre una persona y el dios en el que cree. Y nada más peligroso si alguien desafía ese lugar.
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