“Criticaen25” es un punto de encuentro para todos los cinefilios, habitantes del séptimo planeta del sistema solar de las artes. Una propuesta amena y divertida a la par que abierta al debate y a la reflexión en la que, tan diariamente como sea posible, se irán comentando películas de todos los tiempos, con independencia de su género o fama. Un lugar en donde relajarse y disfrutar de un rato agradable en buena compañía.

El Último Humano de la Vía Láctea [2015]

 Publicado El: Viernes, 17-Mar-2017. Nº De Serie: C25/TCM/0001691.
 Vista En: Youtube, jueves 16 de marzo de 2017.
 Título Original: The Last Human in the Milky Way.
 Director: Benjamin Combes.
 Guión: Benjamin Combes, basado en una idea original de Benjamin Combes y de Ettiene de Oliveira. Género: Ciencia Ficción.
 Música: James Kent. Fotografía: Benjamin Combes.
 Decorados: [Desconocido]. Vestuario: Ettiene de Oliveira.
 Productoras: Benjamin Combes. Presupuesto: [Desconocido].
 País: Francia. Año: 2015. Duración: 11 minutos. Color.

Reparto:
Personajes:
Edward de Jongh
Profesor
Ettiene de Oliveira
Isaac el robot

 (Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)

 Argumento: Al inicio del siglo XXII, toda la vida en la Tierra se ha extinguido excepto unos miles de humanos que permanecen en una estación espacial en órbita a Marte, a la espera de ser despertados cuando el planeta sea del todo terraformado. Un profesor y su robot se encargan de esa tarea, pero el robot comenzará a sentir una extraña curiosidad por lo que pasó en la Tierra.

 Crítica: Ópera prima de Combes, que como otros igual que él se convierte en un ejército de un solo hombre encargándose de todo o casi todo, sacándose de la chistera un cortometraje con algunas ideas bien llevadas pero otras un tanto neblinosas o inciertas, que no terminan de ser explicadas debidamente y cuya posterior ejecución entorpece una historia con matices que sí poseen una gran solidez (el prólogo, en el que Isaac está leyendo un viejo libro sobre el pasado de la Tierra y todas las forma de vida que en ella existían; el viejo profesor, explicando a su sirviente que el gran fracaso del ser humano sobre la administración de su hogar era pensar que el planeta podría dar cobijo a la raza humana sin que éste se comprometiese con ella en modo alguna: algo que invita a una profunda reflexión; el momento en el que Isaac ve o siente a “algo” dentro de sus sistemas: ¿un hackeo del futuro o es que el sistema tenía algún defecto integrado en el hardware?). Extrañísima en su título, El Último Humano en la Vía Láctea es otro de esos trabajos que funcionan a medio gas, a pesar de que virtudes no le faltan precisamente, dejando la historia en el aire en los elementos que más peso tienen, y poniendo al resto en una total ambigüedad narrativa, hecha para que cada uno extraiga sus propias ideas (el disparo de Isaac, certero y revelador, sacando a la superficie una verdad que ni siquiera el propio implicado sabía; las imágenes de un Marte muy terrestre, evolucionando en su terraformación a medida que es capaz de albergar vida; una sombra, pescando). Un cortometraje que termina citando a un genio de la física como era Albert Einstein*, apelando a la razón y también al corazón del mismo modo que, a su manera, Combes lanza un mensaje algo negruzco sobre el destino de la raza humana. Sin ser lo mejor de su género, tampoco es un disparate de tres al cuarto. Simplemente, le faltó pulirlo un poco.

 La Puntilla: Si la raza humana es tan pésima cuidando de la Tierra, ¿qué nos garantiza hacerlo mejor si nos fuésemos a otro mundo?.

 Mi Valoración
 ★★★★★

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(*Albert Einstein: «Un ser humano es parte del todo que llamamos universo, una parte limitada en el tiempo y en el espacio. Está convencido de que el mismo, sus pensamientos y sus sentimientos, son algo independiente de los demás, una especie de ilusión óptica de su conciencia. Esa ilusión es una cárcel para nosotros, los limita a nuestros deseos personales y a sentir afecto por los pocos que tenemos más cerca. Nuestra tarea tiene que ser liberarnos de esa cárcel, ampliando nuestro círculo de compasión, para abarcar a todos los seres vivos y a toda la naturaleza. Necesitaremos una manera de pensar substancialmente nueva si la humanidad ha de sobrevivir».)

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