“Criticaen25” es un punto de encuentro para todos los cinefilios, habitantes del séptimo planeta del sistema solar de las artes. Una propuesta amena y divertida a la par que abierta al debate y a la reflexión en la que, tan diariamente como sea posible, se irán comentando películas de todos los tiempos, con independencia de su género o fama. Un lugar en donde relajarse y disfrutar de un rato agradable en buena compañía.

Solaris [2002]

 Publicado El: Viernes, 2-Dic-2016. Nº De Serie: C25/TCM/0001248.
 Vista En: Cines Cinebox (Corvera), sábado 8 de marzo de 2003.
 Título Original: Solaris.
 Director: Steven Soderbergh.
 Guión: Steven Soderbergh, basado en el libreto de 1972 de Fridrikh Gorenshteyn y Andrei Tarkovsky, basado a su vez en la novela homónima de Stanislaw Lem, publicada en 1961. Género: Ciencia Ficción.
 Música: Cliff Martinez. Fotografía: Peter Andrews.
 Decorados: Kristen Toscano Messina. Vestuario: Milena Canonero.
 Productoras: Lightstorm Entertainment y Twentieth Century Fox Film Corporation. Presupuesto: ±47.000.000 $.
 País: USA. Año: 2002. Duración: 99 minutos. Color.

Reparto:
Personajes:
George Clooney
Chris Kelvin
Natascha McElhone
Rheya
Viola Davis
Gordon
Jeremy Davies
Snow
Ulrich Tukur
Gibarian
John Cho
Emisario de la DBA #1
Morgan Rusler
Emisario de la DBA #2
Donna Kimball
Sra. Gibarian
Michael Ensign
Amigo #1
Elpidia Carrillo
Amigo #2
Kent D. Faulcon
Paciente #1
Lauren M. Cohn
Paciente #2

 (Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)

 Argumento: Chris Kelvin es un psicólogo que viaja a una estación espacial la cual orbita entorno al planeta Solaris, con el fin de descubrir la razón de que la tripulación hayan enloquecido. Durante su primera noche en la estación el motivo le encuentra a él, cuando su esposa Rheya, que llevaba muerta hace tiempo, reaparezca ante sus ojos como si no hubiese pasado nada.

 Crítica: Autor de Un Romance muy Peligroso [1998] y Traffic [2000], Steven Soderbergh hace un insulso remake de la rusa Solaris [Andrei Tarkovsky, 1972] que tiene el minimalismo de la original pero cuya incapacidad de responder a las mínimas cuestiones planteadas desluce su acabado, aunque su plantel de actores mantiene el tipo gracias a unas personalidades fuertemente marcadas (Viola Davis, o la clase de mujer con la que es imposible ganar una discusión: su rechazo total a las apariciones o la pregunta de Kelvin sobre lo que ella ha visto dejan más a la imaginación que otra cosa; el flashback en el que Kelvin conoce a Rheya, donde un pomo también sugiere mucho, o la charla de ésta sobre que el ser humano es el único que tiene conciencia y consciencia de su propia muerte: para debatir en profundidad; la esencia del propio Solaris, un planeta que parece una especie de perversa lámpara de Aladino pero a escala planetaria). Al margen de la banda sonora de Cliff Martinez o de la fotografía realizada por el propio Soderbergh y que hizo bajo pseudónimo, Solaris es una de esas películas con tendencias filosóficas y existencialistas que intentan ir más allá de sus ideas previas para meterse en terrenos trascendentales sobre el amor y la pérdida, donde Clooney da una actuación sobria y secundarios como Ulrich Tukur o más especialmente Jeremy Davies son muy curiosos en su extravagancia (la forma de hablar de Snow, entrecortada, confusa, como si algo le tuviera atenazada su mente: el momento en que se revela la causa de ello es terrible; Kelvin, viendo a Rheya cuando se supone que no debería; los efectos especiales para dar vida a Solaris: muy lucidos). Una película a la que le puede su aire de falsa grandeza, cuyo cierre va diseñado para elaborar mil y un teorías, pero que se torpedea a si mismo por las premisas que plantea y cómo las maneja. Y McElhone, tan encantadora como perturbadora.

 La Puntilla: Cuando las películas son tan abiertas a interpretaciones solo hay dos senderos: o el fracaso estrepitoso o el triunfo definitivo.
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