“Criticaen25” es un punto de encuentro para todos los cinefilios, habitantes del séptimo planeta del sistema solar de las artes. Una propuesta amena y divertida a la par que abierta al debate y a la reflexión en la que, tan diariamente como sea posible, se irán comentando películas de todos los tiempos, con independencia de su género o fama. Un lugar en donde relajarse y disfrutar de un rato agradable en buena compañía.

Una Pastelería en Tokio [2015]

 Publicado El: Jueves, 25-Ago-2016. Nº De Serie: C25/TCM/0000809.
 Vista En: Cines Los Prados (Oviedo), sábado 7 de noviembre de 2015.
 Título Original: An [N. del T.: Sweet Red Bean Paste].
 Director: Naomi Kawase.
 Guión: Naomi Kawase, basado en la novela An, de Durian Sukegawa, publicada en 2013. Género: Drama.
 Música: David Hadjadj. Fotografía: Shigeki Akiyama.
 Decorados: [Desconocido]. Vestuario: Miwako Kobayashi.
 Productoras: Nagoya Broadcasting Network, Kumie, Mam, Twenty Twenty Vision Filmproduktion GmbH y Comme des Cinémas.
 Presupuesto: ±234.000.000 ¥ (±1.900.000 $).
 Países: Japón, Francia y Alemania. Año: 2015. Duración: 113 minutos. Color.

Reparto:
Personajes:
Masatoshi Nagase
Sentaro
Kirin Kiki
Tokue
Kyara Uchida
Wakana
Miyoko Asada
Propietaria
Etsuko Ichihara
Yoshiko
Taiga
Yohei

 (Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)

 Argumento: Sentaro, el cocinero de un puesto de dorayakis, un típico dulce japonés, contrata de mala gana a Tokue, una anciana cuya forma de preparar el anko, las judías con la que se adereza el bizcocho, hace surgir el negocio. Pero cuando se descubre ser una leprosa, Sentaro se ve obligado a despedirla, lo que le afecta tanto a él como a una joven clienta, Wakana.

 Crítica: Conmovedor drama acerca de uno de los episodios más desconocidos y escabrosos de la historia de Japón de manos de la directora de El Bosque de Luto [2007] y Aguas Tranquilas [2014], así como diversos documentales, con una puesta en escena mínima en su reparto de actores como en sus decorados para hacer de ello una historia pequeña e íntima en origen, que sabe captar la atención paso a paso (las primeras apariciones de Tokue por el puesto de los dorayakis, dando muestras de una personalidad muy peculiar; Sentaro y la propia Tokue, en su primera día preparando juntos los dorayakis, una receta cinematográfica a lo Carlos Arguiñano que permite ver el espíritu meticuloso y amante de los detalles de la cultura japonesa; el encantador personaje de Wakana, al que da vida la nieta en la vida real de quien interpreta a Tokue). Echándose a faltar de un reparto más numeroso así como una cierta agilidad narrativa, ya que el film es lento con avaricia, Kawase realiza una cinta que enlaza el presente y pasado de un país de una manera preciosa, pese a algún personaje repelente, llevando dicho proyecto a su terreno sin perder nunca la perspectiva (la propietaria del puesto de dorayakis, una mujer materialista e insufrible en sus mangoneos; Sentaro, descubriendo asombrado la cantidad de clientela que de pronto tiene en su tienda; éste y Wakana, visitando el barrio de los leprosos de Tokio, descubriendo el verdadero pasado de Tokue: ¿cómo narices tamaña discriminación como la que se ve en la película puede ocurrir sin que nadie proteste por ello?). Una Pastelería en Tokio posee, gracias a la pericia de Kawase, una fuerza y una emoción propias de las grandes historias que, concluyendo del mejor modo que podía hacerlo, remata y con nota una película de espléndida y urbana fotografía, y una banda sonora en perfecta sintonía con el resto de sus partes: Tan suculenta como el mismo dorayaki.

 La Puntilla: Una receta de cocina. A veces es todo lo que hace falta para dar un cambio a tu vida.
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