Vista En: Canal Hollywood, Jueves 27 de agosto de 2015.
Título Original: Star Trek: Insurrection.
Director: Jonathan Frakes.
Guión: Michael Piller, basado en una historia
original creada por Piller y Rick Berman, basado también en la serie de
televisión Star Trek: La Nueva Generación, creada por Gene Roddenberry y
estrenada en 1987. Género: Ciencia Ficción.
Música: Jerry Goldsmith. Fotografía: Matthew F. Leonetti.
Decorados: John Dwyer. Vestuario: Sanja Milkovic Hays.
Productora: Paramount Pictures. Presupuesto: ±58.000.000 $.
País: USA. Año: 1998. Duración: 103 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Patrick Stewart
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Jean-Luc Picard
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Jonathan Frakes
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William Riker
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Brent Spiner
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Data
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LeVar Burton
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Geordi LaForge
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Michael Dorn
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Worf
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Gates McFadden
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Beverly Crusher
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Marina Sirtis
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Deanna Troi
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F. Murray Abraham
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Ru’afo
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Donna Murphy
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Anij
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Anthony Zerbe
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Almirante Dougherty
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Gregg Henry
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Gallatin
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Daniel Hugh Kelly
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Sojef
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Una operación de observación a una raza
pacífica llamada los Ba’ku se complica cuando Picard y el resto de la
tripulación del Enterprise se ven en mitad de una conspiración tramada por la
cúpula de la Federación de Planetas y una raza llamada Son’a para desplazar a
los Ba’ku de su planeta, a causa de las propiedades únicas que éste posee para
los seres vivos.
Crítica: Segundo largometraje realizado por Jonathan
Frakes después de Star Trek: Primer Contacto [1996] y el noveno de una saga a
la que el agotamiento y la falta de novedad le empieza a pasar factura,
convirtiendo la premisa de su guión en una especie de versión futurista de la
búsqueda que obsesionó a Ponce de León, buscando alejarse de sus predecesoras
tanto en su sentido del humor como también en el uso de los colores, en que
tanto Patrick Stewart como Brent Spiner se convierten en un dúo de categoría
(LaForge, viendo un amanecer junto a un asombrado Picard; Worf, al que los
efectos del planeta dejan una secuela harto graciosa; el propio Picard,
eligiendo algo de música en su camarote: ¿por qué esta hombre no prueba a hacer
una comedia como dios manda?). Su fotografía, capaz de convertir el Lago
Sherwood y algún que otro rincón de California en el planeta de los Ba’ku,
proporciona parajes de una belleza equiparable como la de una enigmática Donna
Murphy, mientras el guión reparte algún que otro momento delirante como un poco
repugnante (la obsesión de los Son’a por los estiramientos de piel, dejando
irreconocible a un magistral villano de nombre F. Murray Abraham: ¿una
adaptación trekkie de los adictos a la cirugía de Los Ángeles y Miami?; Data,
intentando aprender qué es ser humano junto a unos niños; las panorámicas del
espacio exterior, en unos vívidos tonos cálidos rojizos y amarillos).
Guardándose algún que otro momento para la solemnidad y el dramatismo (Picard,
enfrentándose con el Almirante Dougherty sobre la Primera Directriz de la
Federación; el secreto de Gallatin, otro irreconocible Gregg Henry con el que
es imposible no acabar encariñándose), Star Trek: Insurrección posee un
contenido que conserva el espíritu aventurero de la saga, con algún punto
curioso (los Ba’ku: ¿los amish del siglo XXIV?) y un agradable rematado final.
Para pasar un buen rato.
La Puntilla: ¿Serías capaz de violar toda ley con tal de
conseguir lo que unos tienen y los demás desean a cualquier precio?.
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