Dioses de Egipto [2016]

 Publicado El: Lunes, 4-Jul-2016. Nº De Serie: C25/TCM/0000638.

 Vista En: Cines Odeón (Corvera), domingo 26 de junio de 2016.

 Título Original: Gods of Egypt.

 Director: Alex Proyas.

 Guión: Matt Sazama y Burk Sharpless. Género: Fantástico.

 Música: Marco Beltrami. Fotografía: Peter Menzies Jr.

 Decorados: Nicki Gardiner. Vestuario: Liz Keogh.

 Productoras: Pyramania, Summit Entertainment, Mystery Clock Cinema y Thunder Road Pictures. Presupuesto: ±140.000.000 $.

 País: USA. Año: 2016. Duración: 126 minutos. Color.

Reparto:	Personajes:
Brenton Thwaites	Bek
Courtney Eaton	Zaya
Nikolaj Coster-Waldau	Horus
Gerard Butler	Set
Rufus Sewell	Ursu
Elodie Yung	Hator
Chadwick Boseman	Tot
Goran D. Kleut	Anubis
Rachael Blake	Isis
Bryan Brown	Osiris
Alexander England	Mnevis
Geoffrey Rush	Ra

 (Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)

 Argumento: En el antiguo Egipto, el dios Set se rebela en la coronación de su sobrino Horus, al que arranca los ojos y lo exilia. Convertido en amo y señor de Egipto, un joven ladrón llamado Bek ayuda a Horus a destronar a Set y así vengarse por la muerte de sus padres Isis y Osiris, y para que resucite al amor de Bek, Zaya, que fue asesinada por Ursu, el arquitecto favorito de Set.

 Crítica: Autor de las reputadas El Cuervo [1994] y Yo, Robot [2004], Proyas realiza una odisea por las tierras del Nilo en donde todo cuanto prevalece es el abuso de los efectos especiales y la nula calidad interpretativa en todo su elenco, que recitan sus frases como si estuviesen leyendo los ingredientes de una pizza (Benton Thwaites, el príncipe de Maléfica [Robert Thwaites, 2014], todo poses y sonrisitas tal que entonces, que no se despeina ni cuando está saltando entre lanzas mortales; Butler y Coster-Waldau, o los dioses egipcios más blancos lechosos que se recuerden; Zaya y Hator, o la excusa para poner a dos chicas super sexys que hagan el deleite del género masculino). Aunque lo intenta con todas sus fuerzas, la película no logra suficiente identidad que permita conseguir unos cimientos sólidos, y en los momentos en que debería llegar a obtenerla todo cuando consigue es resultar muy endeble (la charla de Ra con su nieto Set: su protesta de lo que quiere éste último en verdad no es creíble ni a tiros; Bek y Zaya, huyendo en carruaje de Ursu por un Egipto tan digital que se nota a un año-luz de distancia; Hator, una diosa del amor que tiene la misma expresión de indiferencia tanto si está con su amado como si está secuestrada por su enemigo). Con la agradecida presencia de Geoffrey Rush en el reparto, el único que sí logra algo de actuación, y la música de un Marco Beltrami bastante logrado, el director juega a los autoguiños al mismo tiempo que, bajo su nulo guión, explora toda la mitología egipcia (la llegada de Zaya a un juicio muy especial; el instante, casi un plagio de si mismo, que evoca a Dark City [Proyas, 1998]: espectacular como lo que ocurre después; dos serpientes gigantes, buscando a Horus y Bek). Una propuesta visualmente grandiosa pero dramáticamente intrascendente, forjada a base de tópicos, en un entretenimiento descafeinado, predecible hasta la extenuación.

 La Puntilla: Dioses a lo Power Rangers y el Príncipe de Beukelaer en versión egipcia de baja estofa. ¿Es que la gente ya no sabe hacer películas?.

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