Criticaen25: De Tres en Tres: El Gran Miedo de Hollywood

DE TRES EN TRES: EL GRAN MIEDO DE HOLLYWOOD

En apenas un espacio de 48 horas, Robin Hardy, Michael Cimino y Noel Neill hicieron su último viaje. Autor de El Hombre de Mimbre [1973] el primero, el de cintas como El Cazador [1978] y Manhattan Sur [1986] el segundo, y la Lois Lane de la serie de TV del Superman [1952] de George Reeves la tercera, los tres se fueron tan rápido que apenas ha habido un mínimo espacio de tiempo para procesar su fallecimiento, aún a pesar de que en algunos casos la edad ya era avanzada (Neill tenía 95 años). Más allá del legado que los tres dejan a sus espaldas, estas tres muertes resultan simbólicas en tanto retrotraen a la palestra aquel viejo dicho de “en Hollywood mueren de tres en tres”. Resulta cuando menos extraño semejante insinuación, y aún así ésta se ha cumplido en algunos momentos, sin importar edad ni condición, llevándose por delante a estrellas ya en el largo otoño de su vida, o a otros que estaban en su etapa primaveral pero desaparecieron antes de lo debido (y de estos últimos, casos no faltan, por desgracia). De ahí que, pese a la inevitabilidad de la muerte y sus circunstancias, en la Meca del Cine saben bien, y de ahí que tiemblen por sistema, lo que implica anunciar la muerte de uno de los suyos: que lo más seguro otros más sigan su camino. En 1997 pasó algo similar cuando William Hickey falleció el 29 de junio a los 69 años, y en un plazo de un par de días dos titanes de la actuación como Robert Mitchum y James Stewart se fueron tras él, siendo aún más impactante que Mitchum y Stewart murieron con solo siete horas de diferencia de uno a otro. Misterio digno del mejor Expediente X o de un reportaje de Cuarto Milenio dedicado a este tema, el hecho es que por alguna razón desconocida, en Hollywood los famosos no mueren solos, si no que lo hacen acompañados. Por eso todos tiemblan cuando anuncian que uno de ellos se ha ido. Porque seguramente otros seguirán su camino.