El Séptimo Hijo [2014]

 Publicado El: Jueves, 17-Dic-2015. Nº De Serie: C25/TCM/0000310.

 Vista En: Cines Odeón (Corvera), martes 20 de enero de 2015.

 Título Original: Seventh Son.

 Director: Sergey Bodrov.

 Guión: Steven Knight, Charles Leavitt y Matt Greenberg, basado en la novela El Aprendiz del Espectro, de Joseph Delaney, publicada en 2004. Género: Fantástico.

 Música: Marco Beltrami. Fotografía: Newton Thomas Sigel.

 Decorados: Elizabeth Wilcox. Vestuario: Jacqueline West.
 Productoras: China Film Co., Legendary Pictures, Moving Picture Company, Outlaw Sinema, Pendle Mountain Productions y Thunder Road Pictures.

 Presupuesto: ±95.000.000 $.

 Países: USA, Reino Unido, Canadá y China. Año: 2014. Duración: 102 minutos. Color.

Reparto:	Personajes:
Ben Barnes	Tom Ward
Jeff Bridges	Gregory
Julianne Moore	Madre Malkin
Alicia Vikander	Alice
Antje Traue	Bony
Olivia Williams	Mam
Djimon Hounsou	Radu
Jason Scott Lee	Urag
Gerard Plunkett	Inquisidor
Kandyse McClure	Sarikin
Luc Roderique	Strix
Zahf Paroo	Virahadra

 (Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)

 Argumento: Tom Ward es un chico, séptimo hijo de un séptimo hijo, al que Gregory, famoso cazador de brujas, recluta para que sea su nuevo aprendiz y combatir contra el mal. En su primer cometido deberá luchar contra Madre Malkin, la reina de las brujas, que ha escapado de su prisión y busca recobrar todos sus poderes en la próxima luna de sangre, para dominar la tierra.

 Crítica: Entretenida aunque modesta película de espada y brujería, que por momentos parece una extraña mezcla entre El Dragón del Lago de Fuego, El Señor de los Anillos y así un largo etcétera, cuyo principal reclamo es ver en pantalla a un siempre carismático Jeff Bridges, haciendo “suyo” a Gregory ya desde su primera escena, y una Julianne Moore tan maligna como irresistible, los cuales ensombrecen al resto del reparto (Ben Barnes, una suerte de Harry Potter medieval, se limita a poner caritas de niño bueno, en tanto que Alicia Vikander tontea lo justo con su ambiguo personaje). Con un nutrido y variado surtido de efectos especiales (las transformaciones de Malkin; el boggart que persigue a Gregory, Tom y su ayudante Colmillo; las visiones de Tom), esto es prácticamente lo más destacable de un filme lleno de tópicos repetidos hasta el infinito, donde la originalidad desaparece en pos de un guión que recurre a clichés sin parar (la bruja buena; el inevitable e imposible romance entre los protagonistas; los esbirros-ayudantes, mostrando que “ellos” son muy malos y perversos). Una película que pierde fuelle apenas empieza la acción casi tan rápido como la aparición de Kit Harington, el Jon Nieve de Juego de Tronos, tan breve como desaprovechada (¿para qué sale?), y que sigue los esquemas punto por punto, sin moverse un ápice, con guiños a Warlock, el Brujo y otras del género. De banda sonora apenas destacable y recursos limitados, la cinta de Bodrov funciona a medio gas, cuando no lo pierde totalmente, y acaba por ser una oportunidad perdida que manifiesta una aberrante falta de calidad y brillantez, en donde  ni el reencuentro entre Bridges y Moore tras El Gran Lebowski [Joel y Ethan Cohen, 1998] la salva de la quema. Una demostración, y ya van incontables, de que las fórmulas están agotadas y que no hay valor para atreverse a salirse de la norma. La intrascendencia hecha película. 

 La Puntilla: Los primos de Gandalf y Maléfica a cebolletazo limpio mientras los nenes juegan al romance crepusculiano. ¿Alguien da más?.

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