Poltergeist II: El Otro Lado [1986]

 Publicado El: Jueves, 2-Jul-2015. Nº De Serie: C25/TCM/0000031.
 Vista En: Tele 5, miércoles 29 de septiembre de 1993.

 Título Original: Poltergeist II: The Other Side.

 Director: Brian Gibson.

 Guión: Michael Grais y Mark Victor. Género: Terror.

 Música: Jerry Goldsmith. Fotografía: Andrew Laszlo.

 Decorados: George R. Nelson. Vestuario: April Ferry.
 Productora: Metro-Goldwyn-Mayer. Presupuesto: ±19.000.000 $.

 País: USA. Año: 1986. Duración: 91 minutos. Color.

Reparto:	Personajes:
Craig T. Nelson	Steve Freeling
JoBeth Williams	Diane Freeling
Heather O’Rourke	Carol Anne Freeling
Oliver Robbins	Robbie Freeling
Geraldine Fitzgerald	Abuela Jess
Susan Peretz	Hija en bar
Helen Boll	Madre en bar
Will Sampson	Taylor
Julian Beck	Henry Kane
Zelda Rubinstein	Tangina Barrons
John P. Whitecould	Viejo Indio
Noble Craig	Criatura-Vómito

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 Argumento: Tras mudarse a casa de la abuela materna, la familia Freeling intenta rehacer sus vidas tras lo vivido un par de años atrás. Sin embargo, se ven amenazados por Henry Kane, un colérico espectro que desea capturar a Carol Anne. Advertida del peligro, Tangina envía a Taylor, un chamán de una tribu india, para que les proteja antes de que Kane logre capturarla.

 Crítica: Con la ausencia de Dominique Dunne, trágicamente asesinada tras el estreno de la primera parte (a la que no mencionan ni de pasada) así como de Spielberg como productor, Gibson releva a Hooper como director, siguiendo la moda de las secuelas creado por las sagas de terror más famosas de esos años (Pesadilla en Elm Street, Viernes 13 o Halloween), y creando una trama que cambia radicalmente tanto su concepción como su posterior desarrollo (el prólogo, en el desierto, y la posterior escena en las catacumbas). Apoyada en dos elementos poderosos como H.R. Giger, que diseña unos espeluznantes efectos especiales (Steve vomitando; Carol Anne convirtiéndose en cadáver al ser capturada por Kane) y el aterrador Julian Beck, que murió de cáncer justo después de hacer la película (de ahí su aspecto mortecino), el director sigue el sendero marcado por su predecesor conjugando misticismo con escenas de terror visualmente inspiradas (el personaje de Taylor; la casa, rodeada por un ejército de fantasmas que surgen del subsuelo; el aparato dental de Robbie). Aunque más aséptica en su diseño, debido a la falta de garra de Gibson como director, y con algún apunte que da más risa que terror (Tangina diciendo «no puedo pasar...demasiado dolor»; el coche de Steve), la cinta tiene instantes donde, sin grandes truculencias, se logra una gran efectividad (Kane y Steve, separados por la puerta de entrada, donde el primero intenta que el segundo le deje pasar) y tiene suficiente calidad para considerarla una digna sucesora, atesorando ciertos pasajes capaces de conmover (Carol Anne, besando a su abuela en la cama), intrigar (Kane, en el centro comercial) y de aterrorizar (Diane, tocando una fotografía). Un trabajo bien realizado que, pese a rozar muy de cerca la serie B, transmite la misma sensación de escalofrío y agobio de su predecesora: que no hay lugar donde esconderse. 

 La Puntilla: Los espectros acojonan. Kane acojona todavía más.

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