“Criticaen25” es un punto de encuentro para todos los cinefilios, habitantes del séptimo planeta del sistema solar de las artes. Una propuesta amena y divertida a la par que abierta al debate y a la reflexión en la que, tan diariamente como sea posible, se irán comentando películas de todos los tiempos, con independencia de su género o fama. Un lugar en donde relajarse y disfrutar de un rato agradable en buena compañía.

Mad Max: Más Allá de la Cúpula del Trueno [1985]

 Publicado El: Miércoles, 17-Jun-2015. Nº De Serie: C25/TCM/0000008.
 Vista En: Canal Hollywood, miércoles 31 de octubre de 2012.
 Título Original: Mad Max Beyond Thunderdome.
 Directores: George Miller y George Ogilvie.
 Guión: George Miller y Terry Hayes. Género: Ciencia Ficción.
 Música: Maurice Jarre. Fotografía: Dean Semler.
 Decorados: Martin O’Neill. Vestuario: Norma Moriceau.
 Productora: Kennedy Miller Productions. Presupuesto: ±12.305.523 $.
 País: Australia. Año: 1985. Duración: 107 minutos. Color.

Reparto:
Personajes:
Mel Gibson
Max Rockatansky
Bruce Spence
Jedediah El Piloto
Adam Cockburn
Jedediah Jr.
Tina Turner
Tía Ama
Frank Thring
El Recaudador
Angelo Rossitto
El Maestro
Paul Larsson
El Golpeador
Angry Anderson
Barra de Hierro
Robert Grubb
Asesino de Cerdos
George Spartels
Dedos Negros
Helen Bundy
Savannah Nix
Justine Clarke
Anna Goanna

 
(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)

 Argumento: Años después de una guerra nuclear, Max es un mercenario al que un bandido le roba su caravana. Siguiendo su pista llega a Negociudad, un reducto regido por la despiadada Tía Ama, con la que llega a un acuerdo para recuperar lo suyo, pero tras incumplir el trato es llevado al desierto a morir, siendo salvado por una tribu de niños que lo ven como su salvador.

 Crítica: Con un salto cronológico de quince años con respecto a su segunda parte, George Miller retorna al universo de Max, acompañado para la ocasión por el debutante George Ogilvie, y por nada menos que la misma Tina Turner (quien no se desprende de sus característicos taconazos ni siquiera tras una guerra nuclear. ¡Manda narices!) como la brillante antagonista de turno. Por desgracia, quien no aparece esta vez es Brian May, reemplazado en la música por Maurice Jarré (se nota la diferencia. Mucho), quien marca su propio estilo en una trama cuyo arranque resulta de lo más sencillo (el robo, visualmente fantástico) que va ganando en interés a medida que van pasando los minutos, pero que deja extrañas preguntas en el aire (Bruce Spence: ¿es un personaje nuevo, o es el mismo que ya hizo en la segunda parte?). Mel Gibson, luciendo un aspecto avejentado para justificar el salto temporal, recupera los mejores matices de Max (éste, desprendiéndose de sus armas; su mirada escuchando el relato del viejo mundo) en una historia con un fuerte componente infantil que devalúa un poco su fuerza original (Max, encontrando a los “Esperando”), pero que atesora alguna que otra escena que deja la boca abierta (Max, en el desierto, viendo el medio en que los niños llegaron a su refugio). Una película con una fotografía poderosa y áspera, acorde con el relato, del mismo modo que el vestuario de Norma Moriceau se ajusta como un guante a un mundo en declive. Con algunos pasajes algo flojos, Miller y Ogilvie dan el contrapunto con otras escenas repletas de tensión (el duelo en la Cúpula del Trueno, que deja sin aliento) y detalles de guión ciertamente curiosos (Max, descubriendo cómo se sostiene Negociudad). Aunque su final rompe con la tónica del filme (aparte de ser muy parecido al visto en la segunda parte), la tercera parte de Mad Max es un desafío a los sentidos, impecablemente vistosa. 

 La Puntilla: ¿Por qué no hay un solo adulto en la tribu, si se supone que el holocausto nuclear fue hace tanto?. ¿Es que los niños nacieron solos?.
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