“Criticaen25” es un punto de encuentro para todos los cinefilios, habitantes del séptimo planeta del sistema solar de las artes. Una propuesta amena y divertida a la par que abierta al debate y a la reflexión en la que, tan diariamente como sea posible, se irán comentando películas de todos los tiempos, con independencia de su género o fama. Un lugar en donde relajarse y disfrutar de un rato agradable en buena compañía.

Zsa Zsa Gabor, de Profesión Glamourosa

ZSA ZSA GABOR, DE PROFESIÓN GLAMOUROSA


 Coetánea de ese Hollywood dorado por el que desfilaron Marilyn Monroe y la más poderosa y magnética Elizabeth Taylor, a veces haciendo de si misma en el cine y otras veces actuando de verdad, Zsa Zsa Gabor fue más importante como socialité que como actriz, aunque en el cine dejó una huella más que prolongada. Dueña de una belleza fastuosa como de una fortuna traducida en vestidos caros y joyería de la fina, su estilo se solapó a los años 50 y 60 como el queso fundido al jamón york, marcándolos con una educación y elegancias propias de una reina de la belleza. Criticada a veces por ser famosa pese a no tener talento escénico (ni cualquier otro), lo suyo fue un reinado en el que su glamour era su profesión, imprescindible en fiestas junto a su hermana Eva y a años luz de otras posteriores socialités con una familia disfuncional, videos porno, transexuales y hasta cirugías estéticas para realzar su cuartos traseros a niveles imposibles. Vivaracha y simpática, ella fue en si misma un personaje al que le sacó todo el partido, sin falsedades ni zafiedades que proliferaron a posteriori en las siguientes décadas. En un mundo donde el estilo de los ricos y los famosos se veía con ojos de envidia por llegar a su cuenta corriente que no de repugnancia por sus vicios y corrupciones, antes de los oropeles de los Channing de Falcon Crest [1981], de los Carrington en Dinastía [1981] o de los Ewing de Dallas [1978], ella ya estaba en el candelero como marca comercial autóctona, ejemplo de ese sueño americano de alcanzar fama y fortuna para vivir una vida de lujos. Un icono, para bien o para mal, cuya defunción no es si no el colofón a un 2016 que ha sido pandemia de famosos. Un símbolo del siglo XX, icónico y polémico, pero de innegable peso e influencia, cuyos 99 años de vida harán por siempre correr ríos de tinta de una mujer como nunca volverá a ver otra igual. Así era Zsa Zsa Gabor: única en su género.

 Nº De Serie: NC/TCM/00359. Escrito Por: The Cineman.
 Publicado El: Lunes, 19 de diciembre de 2016.

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Zsa Zsa Gabor
(6 de febrero de 1917; †18 de diciembre de 2016)
Ya quisieran mil Kardashians ser la cuarta parte de una Gabor

Weaver, el Poder de Tener Presencia

WEAVER, EL PODER DE TENER PRESENCIA


 Si existe el término “secundario” y “secundario de lujo” es porque entre los dos conceptos existe tanta diferencia como entre el hecho de tener sexo o de hacer el amor. Parece lo mismo, y sin embargo nada que tiene que ver lo uno con lo otro. En ese sentido, Fritz Weaver fue siempre un secundario de lujo con una presencia escénica poderosa y aristocrática, refinada y elegante, la cual le aseguró un puesto fijo en el cine a lo largo de varias décadas de una carrera tal vez no exactamente brillante como protagonista, pero sí notable desde su inicio a mediados de los 50 y en los años sucesivos. A pesar de que sus apariciones en películas fueron mucho más escuetas que a su larguísima trayectoria televisiva, se dejo ver en producciones como Marathon Man [John Schlesinger, 1975], Domingo Negro [John Frankenheimer, 1977] y la maldita Engendro Mecánico [Donald Cammell, 1977], amén de proyectos algo tardíos como El Secreto De Thomas Crown [John McTiernan, 1999]. Y por el camino, actuaciones brillantes en cualquier serie de gran popularidad, a citar algunas como Hawai 5-0 [1968], La Mujer Maravilla [1975], Falcon Crest [1982], Se ha Escrito un Crimen [1984], La Ley de los Ángeles [1986] y Expediente X [1993]. Un abultado currículum que confirma la calidad profesional de uno de esos actores hijo de un tiempo donde las buenas formas y el porte actoral eran los que marcaban la tendencia y labraban a fuego y excelencia una carrera. Ese fue el mérito de Fritz Weaver, con independencia de si era el bueno como en la película de Cammell como de villano en Un Investigador Insólito [Jeremy Kagan, 1978], el ser un profesional en lo suyo, eficiente e intenso en la línea de otros imprescindibles como Robert Vaughn, no solo limitándose al terreno de la actuación como también en unos estilismos inmaculados. Fritz Weaver se ha ido. Su legado permanece. Más firme que los cimientos de la Tierra.

 Nº De Serie: NC/TCM/00331. Escrito Por: The Cineman.
 Publicado El: Martes, 29 de noviembre de 2016.

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Fritz Weaver
(19 de enero de 1926; †26 de noviembre de 2016)
Más que un actor, una cátedra de actuación

Vidas que no Comprendemos

VIDAS QUE NO COMPRENDEMOS


 13 mil millones de años luz de radio, 26 mil de diámetro. Esa es (según se ha calculado por los científicos) la medida del universo. Y tal como se decía en Contact [Robert Zemeckis, 1997], si no hubiera más vida en él aparte de en el planeta Tierra, «cuanto espacio desaprovechado». El problema es que, por la limitación existente en la psique humana, a la hora de retratar vida alien en otros mundo, ésta acaba pareciéndose demasiado a la terrestre. A veces en lo físico, como algunos de los xandarianos de Guardianes de la Galaxia [James Gunn, 2014], o a veces en lo social como pasaba en Avatar [James Cameron, 2009], con una sociedad na’vi tribal, cercana a algunas indígenas terrestres. Partiendo precisamente de diferentes tribus, o bien de las que se dan entre insectos y animales como abejas, elefantes o simios, el cine los extrapola en un intento de vislumbrar como podrían ser unas civilizaciones de otro mundo, en las que las cosas, obviamente, nada tendrían que ver con la historia de la raza humana o que incluso sus mismos paisajes no deberían tener relación a los de la Tierra. Pero, en una especie de espejo vuelto del revés, no acaban viviendo su propio mundo si no en el nuestro, en que cada cosa debe contarse de forma que el espectador lo entienda, y con situaciones que de algún modo le sea familiar y conocido. Tal y como sucede con los dioses y las mitologías (dentro y fuera de la gran pantalla), al final es la misma imaginación humana la que acaba creando sus propios alienígenas en función de sus convicciones y creencias personales, aplicando cuanto conoce de la Tierra para llevarlo a los mundos del espacio exterior. Un defecto que limita las infinitas opciones de miles o millones de mundos en los que la vida, a lo largo de incontables eones de tiempo, habrá llevado a la creación de unas civilizaciones inteligentes que no entendemos. Porque, no ser así, cuanto espacio desaprovechado.

 Nº De Serie: NC/TCM/00388. Escrito Por: The Cineman.
 Publicado El: Viernes, 13 de enero de 2017.

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Victorias Vacías

VICTORIAS VACÍAS


 Es, posiblemente, la más honesta y humilde representación de lo que es una victoria en realidad. En el final de Conan, el Bárbaro [John Milius, 1982], el propio Conan, tras una serie de vivencias, consigue aquello que más anhelaba su corazón. ¿Y qué hace después de conseguirlo?. Sentarse en unos escalones y fijar su vista en el horizonte. No hay fiestas, gritos de jolgorio, ni vítores de alegría. A diferencia de películas como Un Domingo Cualquiera [Oliver Stone, 1999] o de Evasión o Victoria [John Huston, 1981] y otros dramas deportivos como Ganar de Cualquier Manera [William Friedkin, 1994] y Hoosiers, Más que Ídolos [David Anspaugh, 1986], en donde la victoria lo es todo y la gloria del ganador es el premio a conseguir, Conan entiende que su victoria es solo un fugaz momento de regocijo, que su gloria es solo un leve destello y que luego queda toda la vida por delante. En una sociedad tan competitiva como la del siglo XX y XXI (tanto a nivel interpersonal como laboral), en donde el éxito se mide en el dinero y en los lujos a adquirir, estas cosas acaban convirtiéndose en humo y espejos, en victorias vacías que dejan el amargo sabor de la ceniza y la decepción, en ricos que al llegar a serlos encuentran que no saben qué hacer con sus vidas. A diferencia del deporte, en la vida el verdadero trofeo no es ni el dinero ni los bienes materiales, puesto que por más que se puedan disfrutar, no dejan de ser entretenimientos. O peor aún, una distracción para apartarse de metas mayores y más profundas. Porque la verdadera victoria es la vida. Vivir, largo y bien, sin perjudicar a los demás ni a uno mismo no por que lo digan las leyes, si no por decisión personal. Y Conan lo entendió mejor que nadie: había conseguido lo que quería, y todo para un fugaz momento de satisfacción. Por eso no lo celebró. Porque aún le quedaba una larga vida que vivir por delante. Y esa es siempre la única victoria que cuenta.

 Nº De Serie: NC/TCM/00315. Escrito Por: The Cineman.
 Publicado El: Viernes, 18 de noviembre de 2016.

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Vaughn: El Hombre de los Secretos

VAUGHN: EL HOMBRE DE LOS SECRETOS


 Aunque jamás fue un protagonista al uso, sus papeles de secundario eran de tal fuerza que era imposible no rendirse al encanto y la pose de un hombre al que el papel de James Bond le hubiese venido como anillo al dedo. Y es que, precisamente por salir en una serie de los 60 que versionaba a 007 llamada en español El Hombre de C.I.P.O.L. [1964], cuyo personaje se llamaba Napoleón Solo (papel que Henry Cavill retomaría en Operación U.N.C.L.E. [Guy Ritchie, 2015]), el resto de su carrera se convirtió en uno de tantos “Hombres de los Secretos”, en personajes que están siempre sabiendo cosas que nadie sabe. Su porte hierático y la profundidad de sus ojos castaños hicieron de todo, ya sea de mercenario intergaláctico en Los Siete Magníficos del Espacio [Jimmy T. Muramaki, 1980] como de político en El Coloso en Llamas [John Guillermin, 1974] o en la legendaria Bullitt [Peter Yates, 1968]. Incluso en su regreso en los años 80 a la TV para los episodios finales de El Equipo A [1983] (medio del que nunca se desvinculó, haciendo breves apariciones en series como Ley y Orden: Unidad de Víctimas Especiales [1999], Diagnóstico Asesinato [1993] y Se ha Escrito un Crimen [1984] entre otras), ese saber estar que en las nuevas generaciones se ha perdido, ese porte en el vestir y en la forma de actuar, y en detalles como el modo de hablar, son las que hacen de Robert Vaughn uno de esos imprescindibles como en Los Siete Magníficos [John Sturges, 1960], un actor de método y raza que bordó cada interpretación con un poderío que es digno de los dioses del Olimpo, incluso siendo la voz (en su inglés original) de una diabólica inteligencia artificial en la película maldita Engendro Mecánico [Donald Cammell, 1977]. Elegante y siempre imponiendo un respeto absoluto tanto si era bueno como malo, la leucemia le robó la vida. Pero jamás robará el legado de un magnífico e irrepetible actor de seis décadas de carrera.

 Nº De Serie: NC/TCM/00307. Escrito Por: The Cineman.
 Publicado El: Sábado, 12 de noviembre de 2016.

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Robert Vaughn
(22 de noviembre de 1932; †11 de noviembre de 2016)
Ya quisieran muchos tener ese algo que tú tenías.

Una Odisea a Otro Mundo

UNA ODISEA A OTRO MUNDO


 No deja de ser fascinante la sucesión de casualidades. La muerte de Eugene Cernan, el último de los 12 hombres que en el siglo XX pisó la Luna (en su caso fue en el Apolo 17, en diciembre de 1972), va a coincidir con el estreno de Figuras Ocultas [Theodore Melfi, 2016], una superproducción cuya trama gira precisamente entorno a los viajes lunares, y más concretamente al papel que las mujeres (blancas y afroamericanas) desempeñaron a la hora de lograr que Neil Armstrong pisase la luna por primera vez el 20 de julio de 1969. Es, con la muerte de Cernan a los 82 años, el fin de una era única que el cine ha retratado desde múltiples ángulos, desde la conocida Apolo 13 [Ron Howard, 1995] a las más discretas La Luna en Directo [Rob Sitch, 2000], pasando por Elegidos Para la Gloria [Philip Kaufman, 1984] y algunas otras más curiosas al estilo Apolo 18 [Gonzalo López-Gallego, 2011], la mini-serie De la Tierra a la Luna [1998] o el del documental falso Operación Luna [William Karel, 2002], los 384 mil kilómetros que separan la tierra de la luna son una distancia que se sirve a modo de barrera para hacer un viaje a otro mundo cuya existencia es vital para la habitabilidad de la Tierra. Transformada en las pelis futuristas como Pluto Nash [Ron Underwood, 2002] o las comedias como Aterriza Como Puedas II [Ken Finkleman, 1982], la luna y su influencia en la humanidad, no solo como aspiración de colonizarla si no también como recurso de terror en pelis de hombres-lobo o incluso en las de psicópatas (no en vano también se les dice ‘lunáticos’), es una constante fuente de inspiración. Desde eclipses y Superman moviéndola a su antojo (Superman IV: En Busca de la Paz [Sidney J. Furie, 1987]), a la mítica foto “salida de la Tierra”, la luna y los viajes que se han hecho a ella son tan variopintos como ficticios. Porque desde 1972 nadie salvo Cernan ha vuelto a dejar una huella humana en la superficie lunar.

 Nº De Serie: NC/TCM/00392. Escrito Por: The Cineman.
 Publicado El: Martes, 17 de enero de 2017.

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Una Sábana con una Bola y una Cadena

UNA SÁBANA CON UNA BOLA Y UNA CADENA


 Durante mucho tiempo, la concepción del fantasma típico al uso fue la de un ser blanquecino, desposeído del cuerpo que tuvo en vida, como si se tratase de una sábana blanca, con una cadena a cuyo extremo había una gran bola, como símbolo de los pecados de su vida terrenal o de los asuntos pendientes que había dejado en él. Y aunque en el cine dicha forma se ha aparecido en alguna ocasión (sobre todo en antiguos cortos animados de los años 30 y 40), en las películas los fantasmas han tenido toda clase de apariencias: desde los humanos no percibidos por los vivos como en Ghost (Más Allá del Amor) [Jerry Zucker, 1990] y El Sexto Sentido [M. Night Shyamalan, 1999] a transparentes y vistos por todos en Harry Potter y la Piedra Filosofal [Chris Columbus, 2001] pasando por los no humanos, caso de Los Cazafantasmas [Ivan Reitman, 1984] y su segunda parte de 1989, los cadavéricos deformados como en Bítelchus [Tim Burton, 1988] a los mortecinos del terror oriental, como por ejemplo en La Maldición (Ju-on) [Takashi Shimizu, 2002], los fantasmas son un abanico de posibilidades con las que contar historias, desde intrigas y terrores a dramas de época, en el que el Más Allá entorna ligeramente sus puertas para dar una pequeña muestra de lo que podría haber en él. Desde el Jacob Marley en las distintas encarnaciones (animadas y reales) del clásico Cuento de Navidad de Charles Dickens, a los atrapados en la cielo buscando arreglar su asuntos en la serie Entre Fantasmas [2005] o las espantosos entidades de la franquicia Insidious, el fantasma cada siendo más un reflejo de los vivos que lo crean que del Más Allá en si, en que tanto por aspecto como por la forma en que se ha retratado según avanzaron (y avanzarán) las épocas, son en si mismo una galería en la que se capta la percepción que cada generación tiene de ellos. A pesar de que para muchos aún es una sábana con una bola y una cadena.

 Nº De Serie: NC/TCM/00383. Escrito Por: The Cineman.
 Publicado El: Domingo, 8 de enero de 2017.

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Unos Remilgos Incomprensibles

UNOS REMILGOS INCOMPRENSIBLES


 Dos millones (2.000.000). Cuarenta mil (40.000). ¿Qué tienen en común estas cifras?. Que son años: dos millones desde el surgir del hombre, y cuarenta mil desde que asciende a ser la “especie dominante” del planeta (un tema de lo más discutible; agua de otro manantial). ¿Y cual es la constante en esos dos millones de años?. El sexo, obviamente. El sexo como perpetuación de la raza humana. Pero hete aquí que, de pronto, Sharon Stone cruza las piernas en Instinto Básico [Paul Verhoeven, 1992] o Dakota Johnson juega a la sumisión con Jamie Dornan en 50 Sombras de Grey [Sam Taylor-Johnson, 2015], y todo el mundo pone el grito en el cielo escandalizado. Unos remilgos imposibles de comprender que solo hacen de poner de manifiesto algo tan extraño como el veto del sexo tanto como simple goce como el motivo de seguir la rueda de la vida para el nacer de nuevas generaciones. Ya se trate por tema de religiones o de moralinas infantiles y/o represoras (o una mezcla de todo ello), el sexo en el cine, no tanto en el X como en el comercial, siempre resulta objeto de polémica por sus escenas explícitas. Algo tan alucinante como que American Pyscho [Mary Harron, 2000] no tuvo problemas en mostrar asesinatos, sangre y mutilaciones, pero sí redujo la secuencia en la que Christian Bale comparte cama con dos prostitutas de lujo mientras éste admira sus músculos ante un espejo. Un doble rasante que refleja la tendencia del ser humano a coartarse a si mismo en temas que no tienen motivo para ser polémicos, pero que, tras una historia trufada de dictaduras políticas, doctrinas religiosas y temores a Satanás o a desatar la ira de Dios al cometer pecados carnales (o una mezcla de todo ello), llevaron a tachar de ‘antinatural’ los impulsos más básicos del ser humano. Un modo de pensar arcaico que bien necesita actualizarse. A fin de cuentas, hace dos millones de años que llevamos en este mundo.

 Nº De Serie: NC/TCM/00381. Escrito Por: The Cineman.
 Publicado El: Viernes, 6 de enero de 2017.

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Una Furia Incomprendida

UNA FURIA INCOMPRENDIDA


 Acercamientos a ellos los ha habido de diversas clases. Fantásticos como en La Isla del Fin del Mundo [Robert Stevenson, 1974], de ciencia ficción como Outlander [Howard McCain, 2008], históricos como en El Guerrero Nº 13 [John McTiernan, 1999] y hasta de corte épico como la propia Los Vikingos [Richard Fleischer, 1953]. Y es que pocos pueblos más fascinantes que los vikingos, con sus creencias, su famosa violencia desmedida y sus vestimentas y barcos, tan característicos. Pero lo que ninguno de ellos ha podido transmitir, a lo largo de todas sus aproximaciones, aunque la serie Vikingos [2013] sí ha ofrecido un cierto atisbo sobre esta cuestión, era el motivo de esa violencia, algo que en realidad es tan sencillo como decir “cuestión de fe”: porque un nórdico solo se ganaba el cielo (el Valhalla) en batalla. No tenían más opción. Era la única manera de que Odín, tras la misma, te escogiese digno para ocupar un lugar a la mesa con los dioses, con los que pasar el día luchando hasta quedar como muerto, para al ocaso las heridas sanarse, y así una y otra vez hasta el día del Ragnarok. Una furia incomprendida que el cine usó para deshumanizarlos a lo largo de los años, pero que poco a poco éste rebajó para indagar en las raíces de una cultura capaz de pisar América 492 años antes de Cristóbal Colón. Un mundo que, durante tres siglos, del VIII al XI d.C., la llamada Edad Oscura, azotó Europa con más fuerza que la Peste Negra, dejando un legado un tanto pequeño comparado con otras culturas como las mesopotámicas, griegas y/o egipcias, pero que permiten asomarse a una tribu y a un país ya inexistente desde hace mucho pero igualmente evocador (Escandivania). Unas hordas de sangre que inspiraron pavor en los sorprendidos y aterrorizados cristianos de la vieja Europa, tanto como para asociar su nombre a miedo. Miedo ante una gente que no era mala. Simplemente es que su furia no la entendían.

 Nº De Serie: NC/TCM/00356. Escrito Por: The Cineman.
 Publicado El: Viernes, 16 de diciembre de 2016.

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Un Asalto al Alma

UN ASALTO AL ALMA


 En un mundillo donde el escándalo es el pan de cada día, con matrimonios envueltos en mil y una refriegas y famosas a la greña con complejo de divas, es fácil incurrir en la trivialización de los dramas humanos, al punto que toda sensibilidad se pierde. Hasta que de pronto la realidad se impone y directores como Bernardo Bertolucci se descuelgan para confirmar que la secuencia de El Último Tango en París, que dirigió en 1972, no fue consentida por la actriz Maria Schneider, acabando con décadas de sospechas para corroborar la peor de ellas, y ponerle a una estrella ya de por si conflictiva como Marlon Brando la difícil y muy escabrosa etiqueta de “violador”. Y el problema de semejante información es tan básico como imposible: ¿qué hacer con ella?. ¿Acusar de manera legal a Marlon Brando?. Un tanto difícil, puesto que ya murió en 2004. ¿Acusar a Bertolucci?. Más de lo mismo, excepto que se le procesase como un cómplice de los hechos en un delito que suele prescribir a los 12 años. Por lo tanto, tampoco se puede ir por lo penal ni por lo civil. ¿Que los descendientes de Brando, que no tienen culpa de los actos de Marlon, se disculpen con los descendientes de la pobre Schneider por haber sido abusada sexualmente y encima exhibido en pantallas de medio mundo?. Tal y como se dijo en cierta ocasión, «la violación no es un ataque al cuerpo: es un asalto al alma». Una mancha que ensucia la conciencia, que corrompe el espíritu y destruye a su víctima desde dentro, que jamás volverá a ser la misma de antes. Algo que le ocurrió a Maria Schneider pero que a efectos prácticos, y por más que duela reconocerlo, nada se puede hacer por enmendar el daño, lo que convierte a Bertolucci en un torturador al revelar un dato inútil a nivel de procesamiento jurídico. Una amarga lección sobre los excesos de una sociedad enfrascada en la trivialización del drama humano que hace perder toda sensibilidad.

 Nº De Serie: NC/TCM/00339. Escrito Por: The Cineman.
 Publicado El: Lunes, 5 de diciembre de 2016.

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Un Largo Alumbramiento

UN LARGO ALUMBRAMIENTO


 El rodaje de una película, de promedio, va desde apenas un mes como en el caso de La Cortina de Humo [Barry Levinson, 1997], al más estandarizado de tres o seis meses como Tron: El Guerrero Electrónico [Steven Lisberger, 1982] y Terminator [James Cameron, 1984], y otros de más o menos un año, como por ejemplo el de Encuentros en la Tercera Fase [Steven Spielberg, 1977] o la posterior Náufrago [Robert Zemeckis, 2000], cuyo rodaje se paró durante un año entero para que Tom Hanks adelgazase lo necesario con el que encarnar a un Chuck Noland mucho más enjuto. Pero eso es una nimiedad comparado a la post-producción (el proceso de, ya rodado todo, montar la película y saber qué escenas se dejan fuera y cuales no, amén de añadirle música, etc.), que puede ir de meses a un par de años. Y la post-producción vuelve a quedarse en nada comparado al tiempo que va desde que se anuncia el rodaje de una película hasta que ésta realmente comienza a hacerse (suponiendo que así se haga, lo que no siempre ocurre). Apenas salió la novela de La Fuga de Logan en 1967, la Metro-Goldwyn-Mayer adquirió los derechos para llevarla al cine. Pero la película no se estrenó hasta 1976, nueve años después. En 1985 una productora adquirió los derechos de la franquicia juvenil de C.S. Lewis. Las Crónicas de Narnia: El León, la Bruja y el Armario [Andrew Stanton, 2005], se estrenó veinte años después. Por eso, a diferencia de un ser humano y nueve meses de embarazo, una película es un interesante y largo alumbramiento al que hacer un seguimiento para descubrir si ésta llega a hacerse y con quienes se hace. Y pocas pelis más alucinantes a tal efecto que Martin Scorsese y su Gangs of New York [1999], porque dicho proceso comenzó ¡30 años atrás!. Y desde 1969 a 1999, en que por fin se estrenó, el cambio de protagonistas fue apabullante. Un gráfico ejemplo de un interesante y largo alumbramiento.

 Nº De Serie: NC/TCM/00318. Escrito Por: The Cineman.
 Publicado El: Lunes, 21 de noviembre de 2016.

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Teletranspórtame, Scotty

TELETRANSPÓRTAME, SCOTTY


 La idea era para reducir costes. Así, sin más. Era mucho más fácil un acto de desaparición y camuflarlo que andar creando muchos decorados para poner unos descensos a planetas que acabarían siendo eternos y repetitivos. Así que sin comerlo ni beberlo, Gene Roddenberry y sus chicos de Star Trek [1966] se las ingeniaron, en su simpleza, para exponer que en el siglo XXIII el Capitán Kirk y los suyos iban desde la nave Enterprise al planeta de turno que iban a explorar, con algo tan sencillo como un teletransportador. Y ese recurso, en apariencia tan futurista e imposible de alcanzar, se trasladó a otros géneros como el fantástico y el terror, aglutinando títulos variopintos, desde Destino Oculto [George Nolfi, 2011] a Tron [Steven Lisberger, 1982] pasando por otros como El Truco Final (El Prestigio) [Christopher Nolan, 2006], y pasado a series donde la teletransportación es algo que se puede hacer con tan solo pensarlo (la legendaria Dragonball Z [1989]). Un sueño que acabaría con los problemas de transporte tanto como todo lo que se asocia a él (adiós a trenes, aviones y coches así como todas las industrias de alimentos, de textiles, ingeniería y un larguísimo etc.), la teletransportación, también dicha como teletrasportación o teleportación, es en si mismo el culmen de la movilidad, pudiendo ahorrar meses y años de vida gastados en desplazamientos para, con un simple “zip”, ir de acá para allá con la velocidad de un parpadeo. Algo de lo que el cine y la TV han sabido tirar para crear espectáculos. De la franquicia Stargate a las películas de Harry Potter, y de memeces como Jumper [Doug Liman, 2008] a imposibilidades de la talla Star Trek: En La Oscuridad [J.J. Abrams, 2013], la teletransportación, con sus más y sus menos, es un sueño que late muy en el interior del subconsciente humano, y el deseo de conseguir un mundo mejor para la humanidad. Y si no, que se lo pregunten a Philip Taylor Kramer.

 Nº De Serie: NC/TCM/00319. Escrito Por: The Cineman.
 Publicado El: Martes, 22 de noviembre de 2016.

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Tesoros que no Valen una Puta Mierda

TESOROS QUE NO VALEN UNA PUTA MIERDA


 En muchas películas se supone, se dice y se rumorea la posibilidad de que en alguna parte exista, oculto a los ojos del mundo, un fabuloso tesoro capaz de cambiar los paradigmas conocidos por la humanidad. También, como no, hay series de TV dedicadas a tal asunto, donde sus protagonistas deben resolver una serie de complicados puzzles para ir pillando otra pista, y luego otra, así hasta que por fin encuentran el tan codiciado trofeo (más o menos cuando el guionista considera que ya no pone más trabas o el espectador se aburrirá en su butaca o el sillón de su casa). Pero, hete aquí que a pesar de su valor, el susodicho o bien se pierde por un terremoto, un accidente, se destruye por su nivel de peligrosidad, o simplemente se queda donde se encontró para que siga siendo secreto, algo que se puede encontrar en toda la saga de Indiana Jones, especialmente en su primera y tercera parte (y al inicio de la cuarta), pero que es más sangrante en proyectos como La Búsqueda [Jon Turteltaub, 2004], ya no tanto en la primera parte como en la segunda, en que, moviendo la acción varios meses de una a la otra, se da a entender que los protas (oh, spoiler) sí dieron al mundo el tesoro encontrado en la primera parte, pero no se cuenta ni explica como es el mundo después de ese hallazgo, dejando las cosas tal y como estaban antes. Una cobardía da a entender que los tesoros, en realidad, valen exactamente una puta mierda, en tanto jamás acaba por verse el impacto ni lo que causan a nivel mundial una vez conseguidos. Algo parecido a lo que pasa en Lucy [Luc Besson, 2014], donde Scarlett Johansson aumenta poco a poco su cociente intelectual del 10% al 100%, y que el mundo cambiará de un modo radical debido a ello...pero eso tampoco se llega a ver. Porque no hay valor para mostrar ese tipo de mundo. Y porque, en el fondo, por más valor del que presuman, esos tesoros valen una puta mierda.

 Nº De Serie: NC/TCM/00301. Escrito Por: The Cineman.
 Publicado El: Miércoles, 9 de noviembre de 2016.

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